El poder de nuestros pensamientos y emociones reside en su capacidad de moldear nuestra realidad y de influir en quienes nos rodean. Los pensamientos recurrentes, especialmente aquellos que se alimentan de emociones como el enojo, tienden a convertirse en un ciclo de energía negativa que no solo afecta nuestra mente y cuerpo, sino que impacta en las relaciones que cultivamos. Así como nuestros actos corporales tienen consecuencias, también las tienen nuestros actos mentales: todas esas conversaciones que tenemos en nuestro interior.
A continuación compartimos un breve texto de Thich Nhat Hanh, extraído de su libro “El arte de comunicar”, que habla sobre este tema.
Todos los seres humanos y todos los animales comunican. Típicamente pensamos en la comunicación como las palabras que usamos cuando hablamos o escribimos, pero nuestro lenguaje corporal, nuestras expresiones faciales, nuestro tono de voz, nuestras acciones físicas e incluso nuestros pensamientos son formas que empleamos para comunicar.
Lo mismo que un naranjo puede producir hermosas hojas, brotes de azahar y naranjas, un hermoso ser humano puede producir hermosos pensamientos, palabras y actos. Nuestra comunicación no es algo neutral. Cada vez que nos comunicamos, expresamos más compasión, amor y armonía o, por el contrario, producimos más sufrimiento y violencia.
Nuestra comunicación es lo que ofrecemos al mundo y lo que permanece cuando lo hayamos dejado. Por tanto, nuestra comunicación es nuestro karma. La palabra sánscrita karma significa “acción”, y no solo se refiere a las acciones físicas sino a lo que expresamos con nuestros cuerpos, nuestras palabras y nuestros pensamientos e intenciones.
Un gran recurso que podemos utilizar para para empezar a estar más atentos es darnos cuenta de nuestro “comentarista interno”. Si nos damos espacios de silencio externo podemos notar nuestra radio interior y el comentarista de nuestra vida. Podés programar tu alarma mental para que se active cuando este comentarista está activo, contándose y creyéndose con énfasis sus propias historias.
1 Comentario
Hernan · 13 septiembre, 2024 en 1:14 pm
“Podés programar tu alarma mental para que se active cuando este comentarista está activo, contándose y creyéndose con énfasis sus propias historias.”
Me gusto mucho esto, prestar atencion al comentarista como una alarma para desapegarnos de él, gracias Mary!