Cualquier situación en la que estés tiene sus puntos fuertes y sus puntos débiles. 

Cuando estamos añorando, deseando tener otras circunstancias que las que tenemos ahora, somos incapaces de ver los beneficios de nuestra realidad presente. 

Quizás veamos otras realidades que nos gustan más (según la historia que nos estamos contando, claro). Incluso una futura realidad imaginaria puede ser más beneficiosa según nuestra novela. Ni hablar de situaciones pasadas. “Qué melancolía”. Con cuánta facilidad añoramos aquellas épocas en que éramos tan felices. 

¿Lo pueden ver? Ponemos el foco en los puntos débiles del presente y eso no nos deja ver los puntos fuertes. Ponemos el foco en los puntos fuertes del pasado y el futuro, lo que no nos deja ver que nada es absoluto. Y que las circunstancias que tanto deseamos o añoramos, también tienen sus dificultades y costos. 

Una tendencia cargada de sufrimiento, claro.

Lo que sucede es que este hábito nos nos permite aprovechar las oportunidades que hoy sí existen. Y no le damos el valor correspondiente porque no nos damos cuenta de que son totalmente impermanentes, transitorias. Quizás al pasar el tiempo y haber perdido estas condiciones comencemos a valorarlas (se valora lo que se tiene cuando se pierde, ¿te suena?).

Un propósito de año nuevo

Entonces propongo un propósito para este año. Un propósito específico pero abarcador, que puede cambiar totalmente la experiencia de nuestro día a día: estar presentes.

Cuando hablamos de estar presentes creo que no dimensionamos todo lo que implica. No es sólo un modo de bajar la ansiedad, de dejar de preocuparnos, etc. Es un cambio total de perspectiva de vida, que nos permite ver el abanico de posibilidades que se nos presenta a cada instante. Se trata de dejar de mirar lo que creemos que nos hará felices (incluso comparándonos constantemente con otros) y mirar que nos ofrece la vida HOY. No es poco. En serio que no es poco.

Claro que no tenemos todo. Eso no es posible, toda vida tiene algo y no otra cosa. Si tuve un hijo a los 20, mi realidad será completamente diferente a la de mi amiga que tuvo un hijo a los 40. Cada una tendrá condiciones para una cosa u otra en cada etapa. Condiciones que podrá capitalizar y aprovechar si realmente está presente en lugar de estar buscando / deseando las condiciones de la otra.

Entonces, tomemos verdadera conciencia de la magnitud de estar presentes. Es una práctica que nos ayudará a poner el foco en todo lo que la vida tiene para ofrecernos hoy. ¡Nos perdemos muchas posibilidades por estar esperando o añorando otras cosas!

Claro que los hábitos se arraigan con gran fuerza.

Por eso, podés programar una alarma mental que suene cada vez que te encuentres comparándote, anhelando o añorando lo que hoy no está disponible. Volvé al presente y contemplá tus posibilidades. Son muchas, siempre.

Lo que no te agrada de lo que hoy hay, también es parte de estar en donde hoy estás. Soltá la expectativa de lo que crees que necesitás hoy y mirá todas, todas tus oportunidades. Si podés verlas, encontrarás que es mucho más fácil transitar tu camino.

Categorías: Notas

Mariela Herrero

Licenciada en Psicología (UNED, Barcelona). Instructora de meditación. Facilitadora de Barras de Access.

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