La meditación es una práctica muy antigua, que con los siglos se ha diversificado debido a la aparición de numerosas tradiciones alrededor del mundo. De hecho, todas las grandes religiones cuentan con alguna u otra forma de meditación entre sus prácticas espirituales, aunque no es necesario ser una persona religiosa para meditar.

La palabra “meditación” proviene del latín meditatio, que significa “estudiar”, “reflexionar” o “rumiar”. Algunas prácticas meditativas de origen cristiano se relacionan directamente con este sentido de la palabra.

Sin embargo, cuando hablamos de “meditación” o “mindfulness” solemos referirnos a la práctica o conjunto de prácticas asociadas con el budismo y el hinduismo, y al término Pali del que habitualmente se traduce, que es bhavana. Su significado se acerca más a ‘desarrollar’, ‘cultivar’ o ‘expandir’.

Está claro que cada tradición tiene su propias reglas, y en ese sentido, no existe una única manera de meditar correctamente. Pero sí hay técnicas específicas desarrolladas por cada tradición con las que uno puede comprometerse para desarrollar su práctica.

Una de las técnicas más conocidas es la meditación en la respiración, adoptada por el budismo a partir de las prácticas hinduistas que proliferaban en la zona del Ganges hace 2500 años. La meditación en la respiración, también conocida como atención plena de la respiración o anapanasati, es una de las prácticas budistas por excelencia, y es la base de muchas otras técnicas meditativas.

Cómo meditar en la respiración

Realizar esta meditación es sencillo. Lee las instrucciones que siguen para entender la técnica, y escuchá el audio debajo para ponerla en práctica durante diez minutos.

  1. Buscá un lugar tranquilo en tu casa o al aire libre, y sentate con la espalda recta sobre un zafu o en una silla.
  2. Cerrá los ojos y observá tu respiración, centrando tu atención en la entrada y salida del aire a través de las fosas nasales.
  3. Al inhalar, sé consciente de que inhalás. Al exhalar, sé consciente de que exhalás.
  4. Cuando te disperses, soltá gentilmente el objeto de tu distracción (ya sea un ruido, una sensación o un pensamiento) y volvé a centrar tu atención en la respiración.
  5. No juzgues la experiencia como buena o mala. Dejá las expectativas de lado, y transitá la meditación tal como se te presenta.
Este audio puede utilizarse como un temporizador para meditar en silencio durante diez minutos. Tiene una campanada al comienzo y tres al final. Podés reproducirlo online o descargarlo para utilizarlo en el teléfono.

Los beneficios de la práctica regular

A igual que sucede con el ejercicio físico, los beneficios de la meditación se observan cuando la ponemos en práctica regularmente. Esos beneficios incluyen la reducción del estrés y la ansiedad, el fortalecimiento de la atención, y el alivio de los síntomas depresivos, entre otros.

A su vez, el entrenamiento de la atención puede derivar en una mayor capacidad para enfocarse en tareas y ocupaciones, tomar decisiones con claridad y reducir los actos reflejos; esto redunda en una mayor productividad, y una mejor autoestima.

Con todo, mantener la meditación en el tiempo suele ser difícil. Por eso creamos un programa online para ayudar a las personas que quieren incorporar la meditación como herramienta de cambio en su vida.

En ¿Cómo es nuestro curso online de mindfulness? podés conocer más de qué se trata.


Mariela Herrero

Licenciada en Psicología (UNED, Barcelona). Instructora de meditación. Facilitadora de Barras de Access.

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