Compartimos un fragmento del libro La eternidad del relámpago, por Jorge Bustamante.
Tal vez ahora estés queriendo escapar. Te estás preguntando cuánto falta para el final de este zazen (meditación). Pero aquí-ahora puedes darte cuenta de que no hay dónde ir. No hay de quién ni dónde escapar. Entonces es mejor relajarse, soltar tensiones innecesarias, aclarar la mente, volverse uno con la naturaleza, integrarse al paisaje, ser uno con los sonidos, con el sol, con el aire, con la tierra, con las plantas y las hierbas. Sostener la postura justa y relajarse completamente en lo alto de este instante.
Mientras creas que hay un lugar donde puedas ir, habrá lucha y fricción. Si comprendes que aquí es el lugar, que este es el instante en el que estás completamente vivo, dejarás de luchar, de resistir, y cuando se deja de resistir, cuando uno se sienta completamente ahí en el lugar en donde está, todo se vuelve fácil, simple, completo.
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