Mantener la práctica de la atención plena en el tiempo puede ser difícil. Pero, a su vez, practicar regularmente es la única forma de observar los beneficios reales que la técnica puede tener en nuestras vidas.
En este post repasamos algunos de esos beneficios y compartimos tres recomendaciones que pueden ayudarte a consolidar tu práctica.
¿Cuáles son los beneficios de la meditación?
Cada vez más investigaciones apoyan la práctica del mindfulness como método para la reducción del estrés, la ansiedad y la depresión, entre otras cosas. La Clínica Mayo en Estados Unidos menciona que existe suficiente evidencia que confirma la utilidad de la meditación para:
- reducir los niveles de estrés;
- mejorar los cuadros de ansiedad;
- sobrellevar mejor el dolor crónico;
- calmar los síntomas de la depresión;
- aliviar el insomnio;
- y bajar la presión arterial.
De hecho, en personas con cuadros depresivos o de ansiedad severos, el mindfulness puede ser un gran complemento a la atención psicológica, aunque no la reemplaza.
La práctica de la atención plena también fortalece nuestra atención. Y ese entrenamiento puede derivar en una mayor capacidad para enfocarse en tareas y ocupaciones, tomar decisiones con claridad y reducir los actos reflejos; estos beneficios redundan en una mayor productividad, y una mejor autoestima.
Pero estos beneficios se observan con el tiempo, y solamente si nos comprometemos con nuestra práctica. Es como el deporte: no podemos esperar grandes resultados si sólo entrenamos una vez por semana.
Tres consejos para consolidar la práctica
En nuestra experiencia, para poder consolidar la práctica es necesario un mínimo nivel de compromiso y planificación.
Por un lado, es importante comprometerse con el tiempo estipulado para la práctica, y transitar los distintos estados que pueden surgir durante la misma, sean agradables o desagradables. Es decir: si decidiste sentarte a meditar diez minutos, meditá diez minutos, aunque experimentes incomodidad, cansancio o ansiedad. Estos estados negativos son material de aprendizaje, y deben ser observados como parte del ejercicio.
Por otro lado, es importante que el momento en que te sientes a meditar no quede librado al azar. Es mejor planificarlo, ya que sino llegará la noche y aún no lo habrás encontrado. Puede ser a alguna hora determinada, o estar asociado con alguna actividad (por ejemplo, antes de ir al trabajo, o luego de hacer actividad física).
Finalmente, suele ser útil buscar que la meditación se realice siempre en el mismo lugar y a la misma hora. Esto puede facilitar la incorporación de la práctica en tu rutina diaria. Pero no dejes que la práctica se convierta en una obligación más en tu agenda; consideralo como un tiempo valioso invertido en tu propio bienestar.
Transformar el sufrimiento
La atención plena es una práctica espiritual. Y como tal, sus efectos no se circunscriben a un aspecto particular de nuestra vida.
El mindfulness brinda una oportunidad única para transformar el sufrimiento en un motor de cambio, y su impacto en la vida de quienes lo practican suele trascender los motivos que los llevaron a descubrirlo.
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