Llegamos al sexto y último mantra de la serie de enseñanzas de Thich Nhat Hanh que venimos explorando juntos. Este mantra, Tienes razón en parte, nos invita a mirarnos y mirar a los demás con sinceridad y compasión, reconociendo tanto nuestras fortalezas como nuestras debilidades.
A lo largo de estos seis mantras, reflexionamos sobre cómo el mindfulness puede ayudarnos a relacionarnos mejor con nuestras emociones, nuestras palabras y nuestras relaciones. Hoy, les comparto el fragmento de esta última enseñanza, con el anhelo de que encuentren en ella un recurso valioso para su camino de autoaceptación y humildad.
Puedes utilizar este sexto mantra cuando alguien te alabe o te critique. Puedes usarlo de igual manera en ambos casos. El sexto mantra es: “Tienes razón en parte.” Tengo mis debilidades, así como también tengo mis puntos fuertes. Si me alabas, no debería ser demasiado engreído e ignorar el hecho de que también tengo desafíos a los que enfrentarme. Cuando me criticas, no debería extraviarme con eso e ignorar las cosas positivas que hay en mí. Cuando ves las cosas hermosas que tiene alguien, tiendes a pasar por alto las cosas que no son tan bellas.
Como seres humanos que somos, tenemos aspectos positivos y también negativos. Así que, cuando algún ser querido se quede extasiado contigo diciéndote que eres la misma imagen de la perfección, puedes decirle: “Tienes razón en parte. No siempre soy así, también tengo otros aspectos negativos.” De esta manera, preservas tu humildad. No te conviertes en víctima del engaño ilusorio del orgullo porque sabes que no eres perfecto. Esto es muy importante. Cuando pronuncias este sexto mantra, te estás manteniendo humilde. Si la otra persona te critica, puedes responder: “Tienes razón en parte, porque no siempre soy así, también tengo aspectos buenos.” Sin juzgarte mira lo que puedes mejorar. Si alguien te juzga negativamente le respondes: “En parte tienes razón. Pero también tengo otros aspectos positivos.” Igualmente, cuando alguien te admire, le agradeces por apreciarte tanto, pero también le señalas que está viendo solo una parte de ti y que también tienes desafíos a los que enfrentarte, o: “Has dicho algo que en parte tienes razón, pero también tengo muchas debilidades que tal vez no te hayas dado cuenta todavía.” Si alguien dice: “Tienes muchas debilidades”, puedes decir: “Tienes razón en parte. Pero tengo mis puntos fuertes también.” Puedes responderle de esta manera en silencio o decirlo amablemente. “Solo estás viendo una parte de mí, no la totalidad. Hay otros aspectos en mí que son mucho mejores.”
Con el sexto mantra estás diciendo la verdad. No mientes y no caes en una falsa humildad. Tu solo te lo dices a ti mismo, en voz alta o en silencio. En tu interior tienes muchas cualidades maravillosas y muchas debilidades también, puedes aceptarlas ambas. Pero la aceptación no te impide desarrollar tus cualidades positivas y confrontar tus debilidades.
Podemos usar el mismo método cuando nos dirigimos hacia otra persona. Podemos aceptar a los demás como nos aceptamos a nosotros mismos. Ya sabemos que lo que están expresando es solo una parte de ellos. Antes de juzgar y gritarle a alguien, en lugar de decirle que no valen nada debemos mirar más profundamente. Conozco a personas que son muy sensibles. Inclusive un pequeño comentario les hace llorar y sentirse muy infelices. Tal vez tú también conoces personas así. Si nos aceptamos a nosotros mismos con todas nuestras debilidades, entonces estaremos en calma. No nos juzgamos a nosotros mismos, nos aceptamos. Tengo estas cualidades y estas debilidades, pero trataré de mejorar poco a poco, a mi ritmo.
Si puedes verte de esta manera, podrás ver a los demás también así, sin juzgarles. Inclusive si esa persona tiene muchas debilidades, también tiene muchos talentos, muchas cosas positivas. Nadie está carente de cualidades positivas. Así que, cuando otros te juzguen equivocadamente, tienes que decirles que tienen razón en parte pero que no se han dado cuenta de los otros aspectos que hay en ti. La otra persona solo ve una parte de ti, no la totalidad, así que no tienes que sentirte infeliz en absoluto.
Te invito a reflexionar sobre estas palabras y a practicar este mantra en tu vida cotidiana. Es una invitación a practicar la ecuanimidad en el juicio que hacemos de los demás, pero sobre todo de nosotros mismos.
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