Cuando nos sentimos solos o percibimos que no recibimos apoyo, es importante recordar que es solo una percepción, no una realidad. Las personas, y el mundo a nuestro alrededor, nos ofrecen apoyo de muchas maneras, incluso sin decirlo explícitamente.
En este contexto, el budismo nos propone la práctica de los Seis Mantras, pequeñas frases que, con presencia y atención plena, transmiten amor y cuidado. El primer mantra es “Estoy aquí para ti”, y simboliza el poder de estar presente con la persona amada, brindándole atención sincera y consciente, una forma de amor que va más allá de las palabras.
A continuación, les comparto un fragmento de un texto de Thich Nhat Hanh sobre el primer mantra.
El primer mantra es: “Estoy aquí para ti.” Éste es el mejor regalo que puedes ofrecerle a un ser querido. Nada es más preciado que tu presencia. No importa que le compres cosas caras a alguien, no son tan preciadas como tu verdadera presencia. Esa maravillosa presencia está renovada, es sólida, libre y está en calma, y se lo ofreces a tus seres queridos para incrementar su felicidad y al mismo tiempo tu propia felicidad. “Estoy aquí para ti.”
Amar a alguien significa estar ahí para esa persona. Estar ahí es un arte y una práctica. ¿Estás ahí realmente para la persona que amas, cien por ciento? Al poner en práctica estas habilidades de atención plena en la respiración y atención plena al caminar, puedes unir tu mente y tu cuerpo para restablecerte y hacer que estés realmente presente en el aquí y el ahora. Estar de esta manera es un acto de amor hacia ti mismo y hacia la otra persona. Podemos utilizar este mantra también con nosotros mismos. Cuando te dices a ti mismo “Estoy aquí para ti”, también significa que estoy aquí para mí mismo. Mi mente regresa al hogar de mi cuerpo y me hago consciente de que tengo un cuerpo. Así puedes practicar el amor dirigido a ti mismo. Si eres capaz de estar presente contigo mismo, eres capaz de estarlo con la persona que amas.
La práctica puede resultarte muy agradable. Respirar y traer tu mente al hogar de tu cuerpo puede ser algo muy agradable de hacer. Disfrutas tu inhalación, disfrutas tu cuerpo y disfrutas tu mente. Entonces el mantra tendrá efecto en aquellos que te rodean.
No necesitas esperar a que la práctica sea recíproca. La otra persona no necesita dar ninguna respuesta. Cuando repites el mantra, ambos os beneficiáis. El mantra te ayuda a ti y a la otra persona a regresar a vuestro hogar interior y compartir el momento presente. Así que el efecto es doble. Decimos que el amor está basado en el entendimiento. Pero, ¿cómo podemos entender a alguien si no estamos presentes? Tu mente tiene que estar en el aquí y el ahora antes de que puedas amar. Así que, la primera definición de amor es estar presente ahí. ¿Cómo puedes amar si no estás ahí? Para amar tienes que estar ahí presente. El árbol que ves por la ventana está ahí presente, apoyándote. Tú puedes estar ahí presente para ti mismo y para tus seres queridos como lo está el árbol. La práctica de estar plenamente consciente es la base de tu amor. No puedes amar apropiada y profundamente sin atención plena.
Aunque digas “estoy aquí para ti,” la otra persona no tiene por qué estar ahí físicamente para que practiques el mantra. Si la otra persona está en casa o en el trabajo, puedes usar tu teléfono. En cuanto tomes el teléfono en tus manos, inhala y exhala algunas veces para que te haga estar presente y en calma. Cuando escuches el teléfono sonando, puedes continuar con tu respiración plenamente consciente, cuando la otra persona conteste el teléfono, puedes preguntar si tiene un momento. De ser así, puedes decirle únicamente: “Estoy aquí para ti”. Si has practicado la respiración consciente, al repetir el mantra se transmitirá tu calma y tu presencia consciente.
Extraído de Being Love: Teachings to Cultivate Awareness and Intimacy.
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